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Colección de Estudios Bíblicos - Preparados por Alejandra Montamat.

El principio de nuestra historia. Génesis. Entrega 16.

Consideraremos cómo Abram comenzó a transitar la escuela de la fe. ¿Aprobó la primera prueba que el Señor le preparó? ¿Qué resultado produjo su ética situacional? ¿Volvió sano y rico de Egipto por causa de su fe? ¿Cómo y cuándo se desarrolla la santificación? ¿Qué relación tiene la experiencia de Abram con 2ª Ti 2:13 y 1ª Te 5:24? ¿Qué priorizaron Abram y Lot al momento de separarse? Una lección para medir nuestra madurez espiritual.

INICIA LA ESCUELA DE LA FE
El capítulo 12 de Génesis introduce el llamamiento del Señor a Abram. Como prerrogativa de su soberanía, Dios eligió a este hombre para iniciar el pueblo del cual nacería la simiente prometida en Edén. La Biblia nos mostrará a lo largo de sus páginas que la elección y el llamado de Dios son irresistibles para la persona escogida quien recibe además la fe como don único y suficiente para salvación. Abram será para los creyentes un “gigante de la fe”; sin embargo, el camino de la vida de fe de este héroe recién comienza y los primeros pasos nos recordarán que Dios no sólo llama a la salvación, sino que Él mismo trabaja la santificación de sus hijos. La fe de todo creyente debe crecer y para esto será probada por Dios mismo a través de distintos desafíos que incluirán sufrimientos emocionales y físicos. En esas circunstancias la fe puede fallar y Abram no es la excepción, por ello su historia en la Biblia nos inspira a buscar la intimidad con Dios como él lo hizo hasta llegar a vivir por fe y no por vista.

Primera prueba Génesis 12:10-13:4
Siendo un creyente inmaduro, Abram no sospechaba que Dios, quien le había llamado en Ur, era capaz de controlar la naturaleza. Posiblemente ni se imaginaba que la hambruna extendida en la tierra era una prueba a su fe. Por ello hizo algo lógico para cualquier hombre de familia: buscó el mejor camino para sortear un desastre que podría acabar con su vida y la de los suyos.

Tomando decisiones
Egipto era la vía posible, se parecía mucho a la Mesopotamia y no dependía tanto de las lluvias para el sostén de los cultivos como la tierra en la cual estaba transitando (Dt 11:10-12 recuerda que cultivar Canaán fue siempre un desafío a la fe de los hebreos). En ese momento, Abram no invocó el nombre del Señor, sino que actuó según su criterio independiente; esto nos demuestra su estado espiritual y su todavía escasa intimidad con el Dios que le había escogido. Apenas en la frontera, comenzó a considerar los posibles peligros que el futuro podía depararle y debido a estos miedos elaboró un plan utilizando a su esposa. Como Sara poseía gran belleza, se podía hacer pasar por su hermana, una mujer casadera. Así tendría asegurada su integridad y podría solicitar al futuro contrayente un período de compromiso lo suficientemente largo para demorar el contrato matrimonial hasta que terminara la sequía, además de acumular una dote considerable para después salir de allí con Sara. El problema fue que ignoró el poder de Dios para su vida, quizá seguía creyendo que finalmente Dios le daría lo prometido en el pacto, pero en el mientras tanto, él debía asegurarse los medios sin depender del Señor. Tanto fue así que expuso a su mujer a ser entregada a otro hombre cuando ya era su esposa y buscó a través de ella un beneficio a costa de alterar la promesa de Dios de que sería la madre de la simiente.

Ética situacional
Este es un claro ejemplo de una ética que se amolda a la situación, lo que significa que un mal menor se justifica para evitar uno mayor. Abram mintió y usó a su esposa, ignoró la promesa y protección que el Señor habría de brindarle, pecando aún antes de que los posibles peligros se hicieran realidad. Pero su mente humana no pudo abarcar todas las posibilidades futuras y sucedió que el propio Faraón quiso tener a Sara como una de sus esposas para lo cual la llevó a palacio apartándola de Abram. Cumplió dando la dote correspondiente al supuesto “hermano” quién seguramente comenzó a atormentarse a causa de lo que Sara podría vivir en palacio. La prosperidad material nunca es una bendición cuando la mente está inquieta y en falta con Dios.

Un mal testimonio
Cuando parece que su situación no tiene retorno, entonces Dios actuó sin previo aviso y sin que Abram hubiera clamado por su intervención. Resulta que Faraón sí reconoce la causa de los castigos (había enojado al dios de este extranjero) y reprende severamente a Abram por su engaño obligándole a marchar con su mujer y todas sus posesiones. Abram no presentó excusas ni dio explicación por su accionar, además su vergonzosa conducta le impidió dar testimonio de Dios en ese lugar.

Providencia y gracia
Por las plagas que Dios envió y el temor que provocó en el Faraón, la pureza de Sara fue protegida, la vida de Abram preservada y todas sus posesiones conservadas. Ni los hechos ni las bendiciones recibidas en Egipto se debieron a la fe de Abram ni a sus decisiones, sino a la gracia y providencia de Dios. La lección que aprendió nuestro héroe es que Dios actúa soberanamente aun por medio de nuestro pecado y por ello volvió sobre sus pasos y mostrando su arrepentimiento ofreció culto a Jehová.

Fe y ética
Dios siempre provee los medios para que se cumplan sus fines, nuestra fe es escasa cuando tenemos poco conocimiento de Dios y su poder. Nuestra ética debe basarse en agradar a Dios cualquiera sea la circunstancia, pues el proceso hacia la santidad requiere anteponer nuestro deseo de agradar al Señor sobre cualquier otro afecto. Y, si no somos fieles como le sucedió a Abram, recordemos que Dios siempre permanece fiel. 2ª Ti 2:13. Nuestra elección depende del Señor y la salvación es enteramente por su gracia, pero hay momentos en los cuales las pruebas y la adversidad pueden llevarnos a la duda, es entonces cuando Dios hace su obra y fortalece nuestra fe, no dependiendo de nuestra fidelidad sino de la de Él. 1ª Tes 5:24.

Segunda prueba Génesis 13:5-18
Mucho tiempo atrás Dios había indicado a Abram dejar su parentela y nación. Hasta ahora, él y su sobrino Lot habían sido inseparables. Pero ahora llega el momento de tomar distancia. Los motivos son expresados con claridad: ambos habían prosperado mucho y entre sus hombres había crecido una rivalidad que ya estaba llegando a afectarlos a ambos. Como ninguno era poseedor de la tierra, ya que vivían como nómades, había que hacerse camino entre otros pueblos asentados allí. Abram decide separarse de Lot no por obedecer la orden divina, sino por motivos prácticos.

Primer fruto
Por la forma en la que encara el asunto con Lot vemos en el padre de los creyentes un esbozo de madurez espiritual ya que deja que su sobrino decida primero qué camino quería tomar. Abram cede a dar prioridad a sus intereses económicos. Aunque ya separado de su sobrino mantendría la unidad familiar mostrándose pacificador al ceder el beneficio material. Lot en cambio, decidió por motivos fríamente calculados, pues el valle del Jordán era el paraíso de aquella región y por lo tanto una promesa segura para su ganadería. Pero en este cálculo olvidó sopesar las consecuencias espirituales de vivir asociado a Sodoma y Gomorra; muy pronto sus planes de crecimiento y prosperidad se tornarán en angustia, viudez y pobreza.

Padre enaltecido
Una vez que se hubo apartado de su sobrino, Dios habló nuevamente con Abram y le aseguró la posesión de Canaán no sólo para él sino para toda su posteridad. La promesa recuerda que el número de descendientes sería incontable. Hasta ese momento, nuestro héroe se llama Abram, que significa “padre enaltecido”. Luego que Dios le revelara cuál era la tierra y le reiterara la promesa del pacto, se dirigió hacia Hebrón y volvió a edificar un altar para presentar su adoración al Dios que le había hecho crecer en fe. Mientras que su sobrino confió en una tierra fértil, en comerciar con hombres viles y comprar su parcela; Abram continuó siendo extranjero, viviendo y pastoreando en tiendas áridas a la espera de la promesa divina.

Conclusión
• La fe es un regalo de Dios que debe crecer y madurar. Abram debió aprender que la escuela de la fe en Dios incluye pruebas, tentaciones, dolores, frustraciones, humillaciones y hasta confrontaciones familiares.
• En todas las situaciones de vida de sus escogidos, Dios guía los acontecimientos para que se cumpla su entera y perfecta voluntad. Hay veces en las que el creyente falla queriendo dirigir los procesos según la conveniencia humana, pero Dios demuestra su soberanía por sobre cualquier otra fuerza o circunstancia.
• El desafío del creyente en cada prueba es lograr intimar con el Señor de tal manera que aprenda a confiar aún en medio de la circunstancia, aunque sea humanamente adversa.
• A los cristianos que actúan como Lot, la Biblia recuerda: “Hay caminos que al hombre le parecen rectos, pero que acaban por ser caminos de muerte” Pr 16:25
• A los que desarrollan su fe al abrigo de Dios, les recordamos: Encomienda a Jehová tu camino, y confía en él; y él hará. Exhibirá tu justicia como la luz, y tu derecho como el mediodía. Guarda silencio ante Jehová, y espera en él. No te alteres con motivo del que prospera en su camino, por el hombre que hace maldades. Deja la ira, y desecha el enojo; no te excites en manera alguna a hacer lo malo. Porque los malignos serán destruidos, pero los que esperan en Jehová, ellos heredarán la tierra. Sa 37:5-9

Para reflexión
1. ¿Cuánto crees que conocía Abram de la persona de Dios al comenzar la historia? ¿Entendía acerca de los atributos divinos? Cuando decidió migrar a Egipto ¿Consideró necesario consultar con Dios?
2. ¿Crees que Dios sólo se interesa por los resultados de nuestras acciones o considera también los medios que utilizamos para lograrlas? ¿Cuál será el objetivo del Señor al someternos a las pruebas: que las superemos victoriosos o que dependamos de Él todo el tiempo que las soportemos? Lee 1ª Co 10:12-13; Stg. 4:7-9; Fil 4:11-13
3. Viendo lo que le sucedió a Abram ¿Podemos decir que toda bendición recibida proviene de una fe madura? ¿Quién se mantiene siempre fiel en nuestra experiencia de vida?
4. Cuando debemos tomar decisiones que afectan nuestros intereses económicos, sociales laborales o personales ¿Tenemos en cuenta si la decisión afectará nuestra vida espiritual?
5. ¿Cómo demostró Abram que había iniciado su crecimiento espiritual?
6. ¿Hasta qué punto podemos asegurarnos el provenir? ¿Hemos tenido envidia de aquellos que lucran a costa de la transgresión? ¿Y de aquellos que salen ganando, siendo injustos?